Cristina e Iñaki: juntos hasta que la cárcel los separe
Muy escasa era la sonrisa para ocultar su verdadero estado de ánimo. Primero había que saludar de nuevo a la prensa -culpable de mucho, según ella- apostada a las puertas del edificio que alberga la sala acondicionada especialmente para celebrar las sesiones del caso Noos. Si hubiera sido por ella, ninguno habría podido fotografiar el momento. En esta ocasión no dependía de sus escoltas.
Después, ocupar, también de nuevo, el sillón de acusado número 18 y soportar los planos de las cámaras que retransmiten en directo. Allí debía aguantar el tipo rodeada de gente corriente, sin su cuna ni derechos dinásticos pero imputados como ella. “Sí sonreía y bastante más que la primera vez. Ha estado charlando incluso con Ana María Tejeiro”, la mujer de Diego Torres, con quien dejó de compartir todo lo que les unía en tiempos de Noos, de años de bonanza para Aizoon y de casoplón en Pedralbes. Así me lo detalla alguien que estaba en la misma sala y que la observó desde su entrada. Maquillada discretamente, vestida de color negro, sólo tenía una sonrisa vacía y nerviosa que, lamentablemente, no oculta su triste realidad.
Hoy no le tocaba hablar. No era su turno sino el de su otrora amigo José Luis Rodríguez Ballester, a quien todos conocen como Pepote, ex director general de Deportes en el Gobierno de Jaume Matas. Deportista y medallista olímpico, Pepote ha situado en el número 1 del podio del escándalo Noos en Mallorca a su ex jefe Matas, en el segundo puesto a Urdangarín y él, el tercerón pero pieza indispensable para que su amigo Urdangarin conociera al expresidente y con él conseguir el dinero del Gobierno Balear. Todo empezó en 2004 cuando Iñaki presidía Noos y Torres era el vice.
La idea era que el Govern patrocinara el equipo ciclista Banesto y organizar unos foros de deporte en la ciudad de Palma, sin descartar posibles auspicios privados. El amigo Pepote consigue la cita, Iñaki organiza un partido de pádel en la cancha del Palacio de Marivent, entonces residencia veraniega de los Reyes Juan Carlos y Sofía- la más canchera de la isla y la que más impresiona- y tras el encuentro, que era lo de menos, le pide a Matas el dinero que necesitaba para desarrollar la idea con su Insituto Noos. Poco después, Matas encarga a los organismos públicos Illesport e Ibatur la financiación del proyecto que se plasmaría finalmente en 2 convenios de 2005 y 2006 y que darían lugar a Illes Balears Forum I y II. Chimpún.
Ballester ha narrado con detalle cómo el ex president ordenó que todo lo que tuviera que ver con Urdangarin se hiciera, se contratara y se pagara. “Nadie planteó si negociar el proyecto o buscar otra alternativa. No se discutía lo que decía el presidente”. Incluso ha asegurado que le dijo:”Paga, mi preocupación es ganar las elecciones”. Y el dinero corría así: 18 millones de euros en tres años para el equipo ciclista y 300.000 más para la oficina de seguimiento que también llevaría Noos.
En su asiento, Matas tomaba notas como si no quisiera olvidar nada de algo que él mismo vivió. Urdangarin y Torres, casi sin gesto, y la infanta, desde su atalaya interior, escuchaban a su ex amigo. Había llegado el momento de saber qué hizo su marido, su ex socio o quizá ya lo sabía. La cuestión es que Ballester, que al inicio de la instrucción ya alcanzó un pacto con la Fiscalía para reducir su condena de cárcel, detalló el cómo, cuándo, con quién y por qué muy clarito. Iñaki hizo negocios por ser quién era. ¿Y quién es Iñaki sino su marido? Sería bueno que se diera ya por aludida.
Cuando el viernes 29 de enero recibe la noticia de que el Tribunal ha decidido por unanimidad que siga imputada en el juicio, legitimando así a la Acusación Popular, Cristina de Borbón aterrizó de golpe en una realidad que se resistía a ver. No es cabezonería del juez Castro. Otros magistrados y magistradas han seguido con la imputación. No hay impunidad, nadie la protege especialmente y tiene que responder como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales de su marido. Ese hombre, su hombre, aquel apuesto jugador de balonmano que le dijo en Atlanta que había traído suerte al equipo tras el bronce conseguido en los Juegos Olímpicos del 96, del que se enamoró ciegamente, con el que se casó un año después y con quien ha tenido 4 hijos. Por él ha apostado desde entonces, en las peores horas, en el enfrentamiento con su padre y con su hermano, el Rey, quien le retiró en junio pasado el título de Duquesa de Palma porque no podía despojarle de más. Iñaki es su vida pero también, un poco, su muerte.
Ahora, lo que realmente angustia a Cristina es su mañana y el de sus hijos, cuando su marido tenga que ingresar en prisión. En su reciente viaje a Barcelona, la infanta estuvo reunida en la Caixa y no para preparar ningún viaje con fines humanitarios, sino para tratar sobre su futuro inmediato. Está imputada, le piden 8 años de cárcel, a su marido 19 y debe estar en Palma todo lo que queda de mes y hasta que concluya su declaración. A Urdangarin le invitaron a dejar Telefónica a medida que su imputación se complicaba en el verano de 2012. Desde entonces, ella es la única que ingresa dinero en la familia. Su situación también ha ido complicándose. ¿La Caixa seguirá manteniéndola en plantilla?
La condena de Iñaki, incluso con posible atenuante por colaboración con Fiscalía y que conoceremos durante su declaración en el juicio, es prácticamente segura. Tendrá que cumplir varios años de cárcel. ¿Qué va hacer ella entonces? Es un momento crucial y ni la más amplias de las sonrisas puede enmascararla: su puesto en la Caixa no es eterno y debe decidir si se traslada a España, para estar cerca de la cárcel en la que ingrese él. ¿Cómo va a ser su vida entonces si deja de trabajar para la Fundación Aga Khan? ¿De qué va a vivir? La pareja sigue unida y ella va aguantando día a día. Pero sabe que tendrá que separarse de él, quizá antes de que acabe este año. Juntos hasta que la cárcel los separe.